El acero inoxidable 316L es una versión extra baja en carbono del 316, y aunque ambos grados son muy similares, el 316 "L" es ideal para aplicaciones de soldadura, ya que es menos susceptible a la descomposición de la soldadura. El bajo contenido en carbono disminuye la precipitación de carburo que sensibiliza los límites de grano de las soldaduras en estos materiales.

Tanto el 316 como el 316L ofrecen una elevada resistencia a la fluencia, tensión a la rotura y resistencia a la tracción a temperaturas elevadas, así como una excelente resistencia a la corrosión y propiedades de resistencia. Estos grados son muy adecuados para aplicaciones de fabricación o conformado, como las que se encuentran en equipos de refinado, herramientas quirúrgicas, elementos de fijación, equipos de procesamiento de pulpa y papel, y procesamiento farmacéutico. El recocido, o tratamiento térmico, puede realizarse entre 1.900 y 2.100 °F (1.038 y 1.149 °C), y se utiliza habitualmente para restaurar la resistencia a la corrosión en materiales 316 muy soldados.